The act of Killing – Oficializar la masacre || Joshua Oppenheimer Indonesia 2012


En 1965, el gobierno indonesio fue derrocado por los militares. Cualquier opositor a la dictadura militar podía ser acusado de comunista. Los miembros de los sindicatos, los campesinos sin tierra, los intelectuales y los inmigrantes chinos en menos de un año y con ayuda directa de los gobiernos occidentales fueron asesinados.

El ejército usó a los paramilitares y gánsteres para las matanzas. Estos hombres hoy día están en el poder y persiguen a sus opositores desde ese entonces. Cuando conocimos a los asesinos, nos contaron con orgullo las historias sobre lo que hicieron.

Para entenderlos, les pedimos que recrearan escenas de las matanzas.

Así inicia The act Of Killing, uno de los mejores documentales de los últimos años en donde se evidencia el papel de grupos paramilitares y gánster que con el visto bueno del gobierno llevan a cabo la persecución y muerte de  miles de “Comunistas” en 1965 en Indonesia.

El protagonista del documental es Anwar Congo un paramilitar (como los que tenemos nosotros en Colombia, se podría decir que es como un Carlos Castaño) quien en su juventud fue uno de los causantes de miles de asesinatos después de la toma del poder por las fuerzas militares del país. Para situar un poco la situación lo que sucedió la historia a grandes rasgos es algo así: En  1965 el partido comunista de Indonesia busca dar un golpe de estado, los militares no lo permiten y utilizan esto como excusa para iniciar la persecución de todos los enemigos del gobierno y sospechosos que puedan hacer daño al régimen existente, la persecución de células “socialistas” sigue hoy día.



El papel de Anwar Congo la voz cantante del documental es primordial, han pasado décadas desde las masacres y hoy cuenta su historia y sus experiencias con una naturalidad insultante, como si quitar la vida a otra persona fuera un acto tan simple como ir de fiesta o lavarse los dientes. Esta es sin duda una característica de sus confesiones, resulta increíble escucharlo decir que en las noches, luego de matar a centenares de personas, salía a bailar, a tomar éxtasis y fumar marihuana para poder soportar lo que había hecho durante el día, para poder sentirse feliz.

“Tus crímenes”, dice, “no son crímenes hasta que los ves reproducidos en una pantalla, ficcionalizados. Es en ese momento cuando te sientes culpable”.


Cada una de las historias contadas por Anwar raya con la fantasía de la barbarie y la impotencia del espectador, sus confesiones son demasiado fuertes e inescrupulosas y quien ve la película no sabe en qué parte del mundo un asesino de tal magnitud puede llegar a ser parte del gobierno que dice trabajar por el país.


Joshua Oppenheimer de una forma brillante hace que los protagonistas de la historia entiendan la magnitud de la maldad que han causado al hacerlos actores de sus propias vivencias. A través de la teatralidad y de la puesta en escena del pasado, llegan a ser sus propios asesinos y sus propias víctimas. Cada escena recreada libremente por sus protagonistas reales pone al descubierto los secretos y el funcionamiento de organizaciones que con el paso de los años son tan oficiales y políticamente activas como la policía o el ejército, sin contar que son más temidas y tienen nexos ilícitos con negocios como el juego y la extorsion a comerciantes y personas del común.


Lo que vemos en el documental es la oficialización de la degeneración política y social, de la delincuencia común, y de organizaciones que están dispuestas a seguir asesinando a quienes pongan en peligro el orden establecido.

El papel de los medios de comunicación también es fundamental en el desarrollo de la historia,  Ibrahim Sinik otro de los protagonistas del film que tiene mucho que ver con las ejecuciones, es el autor intelectual de miles de muertes. Ibrahim cuenta como un simple giño puede convertirse en la orden para torturar y asesinar a quienes creen sospechosos, descaradamente confiesa como tenia cuadernos con nombres de quien debía asesinar, sin contar que él es director del periódico que ciega a la opinión pública y les hace pensar que lo que esta sucediendo es normal y totalmente justo. ¿Si nosotros somos el gobierno y queremos lo mejor para el país por qué pensar que los asesinatos de nuestros enemigos es algo malo?

Cuando la prense local supo que se estaba haciendo una película sobre la persecución a comunistas en indonesia la televisión nacional decidió entrevistar a Anwar Congo y a sus compañeros. Esa entrevista es el símbolo de cómo el gobierno indonesio justifica la masacre en un país donde no existe el perdón ni la reconciliación. No se trata de que los hijos de los comunistas no quieran vengarse por la muerte de sus seres queridos, simplemente no pueden hacerlo.
The act Of Killing es un documental desgarrador, de una frialdad absoluta donde el desprecio por la vida y la libertad es desde 1965 y ahasta a la actualidad una característica del Gobierno indonesio. En este documental veremos la maldad oficializada, el asesinato justificado por la ley y como un país pierde su libertad en manos de criminales al servicio de intereses personales y extranjeros.

Desolador, opresivo y humillante The act Of Killing es un documental que todos debemos ver, cualquier parecido con Colombia es una dolorosa coincidencia.

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