En
1965, el gobierno indonesio fue derrocado por los militares. Cualquier opositor
a la dictadura militar podía ser acusado de comunista. Los miembros de los
sindicatos, los campesinos sin tierra, los
intelectuales y los inmigrantes chinos en menos de un año y con ayuda directa
de los gobiernos occidentales fueron asesinados.
El
ejército usó a los paramilitares y gánsteres para las matanzas. Estos hombres hoy
día están en el poder y persiguen a sus opositores desde ese entonces. Cuando
conocimos a los asesinos, nos contaron con orgullo las historias sobre lo que
hicieron.
Para
entenderlos, les pedimos que recrearan escenas de las matanzas.
Así inicia The
act Of Killing, uno de los mejores documentales de los últimos años en
donde se evidencia el papel de grupos paramilitares y gánster que con el visto
bueno del gobierno llevan a cabo la persecución y muerte de miles de “Comunistas” en 1965 en Indonesia.
El protagonista del documental es Anwar Congo un
paramilitar (como los que tenemos nosotros en Colombia, se podría decir que es
como un Carlos Castaño) quien en su juventud fue uno de los causantes de miles
de asesinatos después de la toma del poder por las fuerzas militares del país. Para
situar un poco la situación lo que sucedió la historia a grandes rasgos es algo
así: En 1965 el partido comunista de Indonesia
busca dar un golpe de estado, los militares no lo permiten y utilizan esto como
excusa para iniciar la persecución de todos los enemigos del gobierno y
sospechosos que puedan hacer daño al régimen existente, la persecución de células
“socialistas” sigue hoy día.
El papel de Anwar Congo la voz cantante del documental
es primordial, han pasado décadas desde las masacres y hoy cuenta su historia y
sus experiencias con una naturalidad insultante, como si quitar la vida a otra persona
fuera un acto tan simple como ir de fiesta o lavarse los dientes. Esta es sin
duda una característica de sus confesiones, resulta increíble escucharlo decir
que en las noches, luego de matar a centenares de personas, salía a bailar, a
tomar éxtasis y fumar marihuana para poder soportar lo que había hecho durante
el día, para poder sentirse feliz.
“Tus
crímenes”, dice, “no son crímenes hasta que los ves reproducidos en una
pantalla, ficcionalizados. Es en ese momento cuando te sientes culpable”.
Cada una de las historias contadas por Anwar raya con
la fantasía de la barbarie y la impotencia del espectador, sus confesiones son
demasiado fuertes e inescrupulosas y quien ve la película no sabe en qué parte
del mundo un asesino de tal magnitud puede llegar a ser parte del gobierno que
dice trabajar por el país.
Joshua Oppenheimer de una forma brillante hace que los
protagonistas de la historia entiendan la magnitud de la maldad que han causado
al hacerlos actores de sus propias vivencias. A través de la teatralidad y de la
puesta en escena del pasado, llegan a ser sus propios asesinos y sus propias víctimas.
Cada escena recreada libremente por sus protagonistas reales pone al
descubierto los secretos y el funcionamiento de organizaciones que con el paso
de los años son tan oficiales y políticamente activas como la policía o el ejército,
sin contar que son más temidas y tienen nexos ilícitos con negocios como el
juego y la extorsion a comerciantes y personas del común.
Lo que vemos en el documental es la oficialización de
la degeneración política y social, de la delincuencia común, y de organizaciones
que están dispuestas a seguir asesinando a quienes pongan en peligro el orden
establecido.
El papel de los medios de comunicación también es
fundamental en el desarrollo de la historia, Ibrahim Sinik otro de los protagonistas del
film que tiene mucho que ver con las ejecuciones, es el autor intelectual de
miles de muertes. Ibrahim cuenta como un simple giño puede convertirse en la
orden para torturar y asesinar a quienes creen sospechosos, descaradamente confiesa
como tenia cuadernos con nombres de quien debía asesinar, sin contar que él es
director del periódico que ciega a la opinión pública y les hace pensar que lo
que esta sucediendo es normal y totalmente justo. ¿Si nosotros somos el
gobierno y queremos lo mejor para el país por qué pensar que los asesinatos de
nuestros enemigos es algo malo?
The act
Of Killing es un documental
desgarrador, de una frialdad absoluta donde el desprecio por la vida y la
libertad es desde 1965 y ahasta a la actualidad una característica del Gobierno
indonesio. En este documental veremos la maldad oficializada, el asesinato
justificado por la ley y como un país pierde su libertad en manos de criminales
al servicio de intereses personales y extranjeros.
Desolador, opresivo y humillante The act Of Killing es un documental que todos debemos ver,
cualquier parecido con Colombia es una dolorosa coincidencia.
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