Reseñas publicadas originalmente en El blog de Samara
Parte I
Tuve la oportunidad de ver Nymph()maniac la última película de Lars Von Trier y puedo decir que sin ser una gran película es un film sorprendente.
Muchas personas, en las que me incluyo, en esta ocasión no solo van al cine por amor al arte, también queremos experimentar el porno y el morbo con el que se vendió la cinta. Ver el thriller por primera vez en cine, fue una experiencia demoledora, sin embargo, la verdad sobre la película es otra.
Lars rompe con la idea preconcebida que tenemos del film debido a sus avances, recordemos que la edición de la película no esta hecha con su participación como supongo tampoco la de sus thrillers. La interpretación del sexo para el director es todo lo que sus avances no cuentan, estos resultan ser un anzuelo para buscar aforo y continuar con la polémica desatada por una película de 4 horas que contiene escenas de sexo explicito y que además es dirigida por uno de los Directores de cine más provocadores de la industria.
Desde mi punto de vista el sexo en Nymph()maniac pasa a un segundo plano en el sentido de que no tiene tanta importancia como desde un principio se cree. Sí, a partir de él se recrea una historia, pero el sexo no puede estar por encima de quien lo vive y sufre, o sea no puede estar por encima de sus personajes.
Joe, nuestra protagonista, es una mujer consciente de su sexualidad desde muy temprana edad y del poder o desdicha que esta puede llegar a procurarle o procurar a los demás. Con esto claro, decide profundizar en sensaciones, peligros, miedos y obsesiones que la hacen ir y venir entre las situaciones que se presentan en su vida, la cual relata a Seligman, un señor entrado en años que la encuentra tirada en el suelo y aparentemente golpeada en una calle cerca a su casa.
Entre Joe y Seligman, se construye una conversación compleja sobre las confesiones que ella hace sobre algunos partes de su vida más intima, cada conversación que se inicia plantea una nueva analogía y el principio de nuevos conceptos a los que hay que prestar atención para no perderse nada, los diálogos, el lenguaje producido por edición del filme son impresionantes.
Así, entre palabras y recuerdos las piezas van encajando, una imagen lleva a la otra, los juicios de valor se van desfigurando hasta el punto de poder hablar de Nymph()maniac no como una película sobre una enfermedad y un desequilibrio, sino como un retrato apasionante en donde convergen la culpa, el rechazo y (hasta el fin del Vol. 1) la resignación de lo que vive el personaje y su forma de enfrentar situaciones accidentales o planeadas.
En Nymph()maniac la forma sistemática en que transcurre la vida de su protagonista, da la impresión de que cada una de las cosas que ocurren en su vida estuvieran planeadas inconscientemente. Las analogías numéricas y musicales, el satanismo y hasta cómo parquear un carro o cuadrar el tiempo para poder estar con 10 hombres al día y disfrutar de las características a cada uno de ellos son un ejemplo de ello. Joe entra en la rutina de una enfermedad para no salir de sus obsesiones, deja a un lado el cliché sexual y mostrarnos la complejidad de una enfermedad sexualidad con todas las características psicológicas de quien la padece, es el retrato de una búsqueda e identificación de quien poco a poco va descubriéndose hasta aceptarse.
Parte II
La segunda parte de Ninfomanía, la última película de Lars Von Trier, no sorprende pero tampoco nos deja salir ilesos, un film tan salvaje y violento como interesante.
Lo más admirable de esta segunda parte son los límites a los que llegan los actores. Si en la primera parte destaqué el personaje de Joe, en esta ocasión debo quitarme el sombrero, es una mujer increíble, consecuente con sus fobias y manías, es la clase de personaje que toca el fondo y vuelve a la superficie con más fuerza y brutalidad. Joe es arriesgada, decidida, fuerte. Un personaje para recordar.
Sin embargo lo extraño de esta segunda parte es que no haya causado el revuelo que causó la primera siendo todo lo que la gente creía, desde un principio, ver. Cuando salieron los avances de la película estos se editaron con el fin de vender la producción y lograr aforo, querían convocar espectadores y lo lograron, sin embargo los asistentes se vieron envueltos en una historia compleja y hasta aburrida.
Lo que nunca pasó en la primera parte y nunca pasó por sus cabezas es que hasta donde vieron nunca hubo un desenlace de la historia y que por eso la segunda parte les fue ajena, fatal error porque en su segunda parte la película cumple lo que prometido: una historia que en definitiva no es fácil de ver tanto por sus escenas sexuales y violentas, como por las conexiones que hacen sus personajes con elementos culturales, religiosos y entre otros.
Escribiendo esto puedo imaginar a las personas saliendo del cine al no aguantar las escenas de violencia explícita por las que pasa nuestra protagonista. Von Trier puede hacer que cada azote que deja en carne viva las nalgas de Joe sea tan doloroso para ella como para quien lo ve, una característica muy interesante si pensamos que muchos asistentes aguantan estas tremendas escenas por morbosidad y hasta placer.
Con todo esto Ninfomanía Vol II es una película que hay que ver, no es la mejor película del director Danés, pero es la clase de films que no se deben dejar pasar, sobretodo por que que no se hacen muchos de estos y que si se hacen, no llegan a nuestro país.
Dense y den la oportunidad al film de saber como termina una de las historias más inusuales que han podido verse en las salas de nuestro país.
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